lunes, 22 de agosto de 2016

Curso 2015/2016

Tras el fiasco total al no haberme sacado el título de Administración por la maldita contabilidad, tocaba buscarse unos nuevos estudios y sacarse lo otro por libre más adelante, para dos módulos que me quedan tengo intención de sacarlo. Sin embargo la búsqueda de un nuevo curso de FP no fue positivo, me quedé en lista de espera debido a la alta demanda y las escasas plazas. En septiembre volví a echar pero en algo diferente y aunque me quedé más cerca de entrar tampoco fue posible, además en esa ocasión las plazas eran bastante menores ya que casi todo estaba ocupado en julio. 

Sorprendentemente para mi pude volver a clases de contabilidad de segundo, ya que la profesora se expresó mal y sí que podía aprobar segundo aún teniendo primero suspenso, algo que de haberlo sabido hubiera hecho durante los meses de marzo a junio ya que solamente tendría eso. Cuál fue mi sorpresa al enterarme de que la profesora había decidido que de las dos clases de segundo yo estuviera en la que ella no estaba, a si es que no tuve más que darle las gracias ya que no la soportaba y no enseña bien, dicho por varios ex compañeros. Los compañeros de esa nueva clase eran bastante antipáticos, de hecho no hablaban con ningún repetidor y eso que solamente éramos tres, por lo que yo tampoco me molestaba en entablar conversación con ellos, total para una o dos horas al día no merecía la pena. Pero la cosa duró poco, a las tres semanas había una plaza vacante de los estudios que solicité en septiembre, por lo que opté por cambiarme sin pensármelo, así aprovechaba la mañana entera ya que de la otra manera la desperdiciaba y ya me sacaría eso más adelante, quería aprovechar el tiempo al máximo.

Comencé mis estudios en Comercio y Marketing y el recibimiento por parte de los compañeros fue bastante bueno, en un día ya hablé más que con los otros en un mes, y en ambos casos entré tarde y la clase ya se conocía. Sin embargo lo que realmente importaba era el tema estudios, los compañeros eran más bien algo secundario. Tenía la ventaja de que al haber hecho antes Administración me convalidaban algunos módulos, como inglés y F.O.L., la parte negativa llegó cuando no nos convalidaban informática a pesar de haber dado más horas y más temario, pero lo positivo es que iba a poder sacar mejor nota y así ha sido. Inglés me hubiera gustado darlo, de hecho podría no haberla convalidado, pero así me podría centrar en el resto, aunque si llego a saber que solo iban a dar vocabulario lo mismo la hubiera cursado, para refrescar y sacar más nota, aunque inglés sin gramática dudo que valga para mucho. Los resultados de la primera evaluación no fueron del todo buenos pero tampoco un desastre, había que tener en cuenta que estuve mes y medio antes de las vacaciones. Dos fueron los módulos aprobados y dos suspensos con un 4, cosa que si hubiera entrado desde el inicio no habría pasado ya que fue por fallos de ejercicios que no di, pero eso pronto se aprobaría, el otro módulo suspenso fue donde el profesor pasó por completo la guillotina con la gran mayoría de la clase.

El segundo trimestre comencé con las pilas recargadas y puse todo mi empeño en ello, fui aprobando todo hasta llegar a junio donde solo me tuve que presentar a las recuperaciones del primer trimestre de los dos módulos suspensos más a la recuperación de un examen inútil al que ningún compañero veía sentido alguno, a si es que podría decirse que no se me ha dado mal, más bien todo lo contrario y teniendo en contra habiendo entrado más tarde de lo previsto. En resumidas cuentas podría decirse que académicamente me ha ido bastante bien a pesar de haber comenzado más tarde de lo previsto, teniendo como recompensar haber aprobado todo en junio y no tener que presentarme a recuperaciones de septiembre, algo que no pasaba desde que termina la E.S.O.

Mención especial para los compañeros, como no, ya que si al principio todo me parecía buen rollo con el paso de las semanas fui descubriendo la otra cara de la moneda, donde he pasado a convertirme, como no, en uno de los malos de la clase para los denominados Happy Pandi. Al principio yo me iba con estos individuos, pero no me terminaba de fiar, e hice bien visto lo visto. A uno de ellos, el denominado líder de la manada, lo conocía del curso anterior y no me caía mal sino todo lo contrario, parecía un buen muchacho, sin embargo durante este curso ha cambiado drásticamente y si no eres como él eras de la parte mala, ya que parece ser que había que seguirle la corriente y bailarle el agua. A otra de las chicas la conocía de cuando estuve en la E.S.O. y había coincidido con ella en último curso, tendría que haber hecho caso del resto de la clase y no haberme fiado de ella por aquel entonces, y es que con el paso de los años me ha demostrado que aquellas amistades tenían razón y no era de fiar.

Aún recuerdo la excursión que hicimos a finales de abril. Un viaje de ida donde pasé bastante vergüenza ajena ya que varios miembros de la Happy Pandi se pusieron a cantar a pleno pulmón, haciéndonos pasar vergüenza al resto de compañeros y provocando que varios viajeros se fueran a la otra punta del vagón por no escucharlos. Pero ahí no terminó la cosa, una vez finalizada la excursión tocó emprender de nuevo el viaje hacia la estación de tren, dos de mis compañeros y yo llegamos antes y mientras uno se quedó hablando por teléfono, mi compañera y yo decidimos ir al banco a sentarnos, otro grupo de compañeros llegó y se quedó al inicio de la estación, por último llegó la Happy Pandi y decidió por situarse entre medias de ambos, no yendo a donde estaba ningún grupo. Casualidades de la vida, a cada grupo nos tocó un vagón distinto, el tercer grupo, aquellos que no se meten con nadie y no molestan no fueron criticados a pesar de quedarse en el otro vagón, pero mi compañera y yo sí ya que decidimos sentarnos en los pocos asientos vacíos que había, no me sorprendí demasiado cuando mi otro compañero llegó con nosotros atravesando el vagón y nos confesó que la Happy Pandi estaba criticándonos por ir separados. En resumidas son unos niñatos, no hay más, pero no llego a comprender porqué nosotros actuamos mal y no fue alrevés, ya que si ellos llegaron los últimos a la estación podrían haber ido donde estábamos nosotros, no tener que ser alrevés, pero parece que hay que besar el suelo por el que pasan. Ni corto ni perezoso, el líder se bajó en una parada anterior a la nuestra y no dudó en saludarnos a través de la ventana con una falsa sonrisa, tan falsa como él. Ante tal actitud ya no me corté y decidí abandonar el grupo de WhatsApp que tenía yo con ellos y no esperarme a finales de curso como tenía planeado, además hacía demasiadas semanas que yo no hablaba por ahí.

Sin embargo no se quedó todo en la excursión ya que la tirantez entre ambos grupos fue notable tras ese acto. Hay que mencionar también un trabajo en clase que había que hacer por grupos, a ellos les tocaba deshacerse de un miembro para que fuera a otro grupo que tenía menos personas y no querían, quería que nos desuniéramos mi grupo, cosa que me tocó las narices y ya no tuve más remedio que saltar ya que los que estaban haciendo mal las cosas eran ellos y no nosotros. En el momento que yo, como soy todo tranquilidad, salté ya era un borde por decir las cosas como eran. Pero ahí no quedó todo ya que a la hora de exponer los trabajos TODOS teníamos fallos, unos más que otros, una compañera de mi grupo decidió contestarle a la profesora con que no había sido igual de justa con todos los grupos, cosa en la que llevaba razón, y para qué dijo más la compañera porque en ese momento el líder ya se lo tomó como un ataque y comenzó a hacer el show de su vida comportándose como literalmente como niños de preescolar. La sirena tocó y la clase terminó, menos mal porque ya me estaba yo calentando y quería callarme porque como hablara me iban a conocer pero bien, ellos sin embargo optaron por criticarnos al grupo por los pasillos ya que como niñatos que son no tuvieron las narices de decirnos las cosas a la cara.

Entre unas cosas y otras yo cada vez estaba más harto, tanto que por primera vez opté por plantearme cambiarme de instituto para el curso siguiente, de hecho estuve mirando centros y todo, además el instituto donde estoy estudiando no era mi prioridad pero ya que en septiembre había pocas plazas qué más me daba echarlo en un centro que en otro ya que no me iban a coger. La última semana de curso analicé las cosas y para cinco meses y medio que iba a durar el siguiente curso no merecía la pena cambiarme por unos cuantos compañeros subnormales, además conocía a los profesores y sabía como funcionaban para la hora de evaluar y todo, por lo que aguantaría esos meses. Eso sí, con una nueva actitud y posiblemente más agresiva.

La última vez que vi a esta panda fue el día de la matriculación, donde me sorprendí con sus gilipolleces. Fui con una amigo y casualmente estaba el grupo allí, aunque en la otra punta, sin embargo no dudaron en acercarse a nosotros y saludar solamente a mi amigo, esa es la clase de educación que tienen, a si es que yo tampoco me iba a dignar a saludarles, pero el colmo llegó cuando le preguntaron a él que dónde estaba mi hermana en vez de preguntarme a mí que lo sabría mejor. Si es que cuando digo que son gilipollas no me falta razón ninguna. Para terminar bien aquella mañana, otra buena compañera y yo nos estuvimos cachondeando de ellos y su actitud infantil y estúpida.

Comparado con otras clases en las que he estado creo que es el año en el que peor he estado en clase respecto al compañerismo, y eso que la primera vez que cursé tercero de E.S.O. había ahí un frente abierto bastante interesante, pero incluso ahí con gente más pequeña la gente era más adulta por decirlo de alguna manera, encima no había tanta bronca. Luego veo tan buen rollo en clases de mis amistades y me sorprende gratamente porque en la mía desde luego de eso no hay, más bien es totalmente todo lo contrario. Desde luego me quedo con tres personas de los 20 que somos.

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