viernes, 19 de febrero de 2016

Soledad

He de confesar que este post ha sido algo difícil de escribir, pero es lo que llevo sintiendo desde hace algunos meses y me siento en la obligación de reflejar por aquí lo que siento.

Hace ya unas semanas que finalizó el verano y hace ya varias semanas que me siento bastante solo, pero me tengo que remontar a hace unos cuantos años para explicar este post con claridad.

Hace bastantes año, casi todos los amigos con los que me había juntado durante toda mi vida decidieron darme de lado, y eso me dolió bastante. A partir de ese momento me ha costado entablar nuevas amistades, debido a mi timidez y al miedo al rechazo que se produjo desde ese instante, una mezcla bastante mala la verdad. Ya no me tuve que dividir entre unas amistades y otras, definitivamente solo me juntaba con la única que persona de la infancia que no me había dado la espalda y con gente que conocía del colegio. Justamente al año siguiente, se formó un gran revuelo por culpa de una compañera bastante bocazas y me vi envuelto en un altercado bastante feo y durante varias semanas, una amiga y yo lo pasamos bastante mal y durante ese tiempo se me ofreció una posibilidad que rechacé, pero pensado con el paso de los años no sé que hubiera hecho actualmente. 

Durante el curso siguiente, conocí a dos personas con las que congenié a las pocas semanas. En la actualidad, una de ellas se ha mudado bastante lejos, ha cruzado el charco literalmente, y con la otra chica me sigo juntando. Por suerte, ambas congeniaron con mis otras amistades, por lo que todo muy bien.

Cuando finalicé el último curso de la e.s.o. tuve que abandonar el centro donde seguían estudiando mis amistades y ya solo nos veíamos los fines de semana, pero no pasaba absolutamente nada malo. Lo único que me costaba, como no, entablar contacto con mis compañeros, aunque eso poco a poco fue pasando, y tampoco es que durase mucho en aquel lugar. Entre mis amistades cotidianas, Sara ocupaba su mayor tiempo a la escritura y apenas salía, por lo que nos "enfadábamos" ya que queríamos que saliese ya que estaba todo el tiempo escribiendo en su casa, aunque hubiese sido media hora para despejarse, pero ella continuó con su escritura y salía cuando quería, cosa que respeto y al final tanto tiempo escribiendo ha merecido la pena ya que publicó su primer libro y ahora mismo está a la espera de publicar el segundo. Y me alegro mucho de ello ya que ha luchado por su sueño de ser escritora y lo está consiguiendo paso a paso.

Un curso más tarde volví al centro al que había asistido durante los últimos años para estudiar un nuevo curso, con la diferencia de que ahora solamente estaríamos Irene y yo. Los fines de semana, algún que otro, veíamos a Laura ya que estaba muy ocupada con la universidad. A parte, salía con una amiga que había hecho durante los cursos anteriores y se tenía que dividir.

Los meses continuaron y todo iba bien, llegó el verano y como ya mencioné en el post dedicado a ello, fue un verano entretenido. El problema vino cuando éste finalizó, algo hizo click, me sentía solo. Sentía que si no proponía yo de bajar nadie me lo decía, y así fue en cierto modo. Sentía que si yo no iniciaba conversación nada ocurría. Si no proponía de salir nada ocurría. En ocasiones pensaba en las series de televisión cuándo los personajes se marchan si mirar atrás, sin importarles todo lo que dejan, eso es lo que quería en ocasiones y puede que si fuese algo mayor y tuviese dinero no dudaría en hacerlo.

En el ámbito académico tampoco es que fueran las cosas bien. Estaba estudiando algo que no me ilusionaba, algo que no terminaba de gustarme. De siempre me han gustado las artes escénicas, la comunicación audiovisual, la escritura, lógicamente porque sino no estaría escribiendo por aquí desde hace tanto tiempo, pero no, estaba estudiando un puñetero grado medio de gestión administrativa con el que dentro de unos años estaré en una oficina sentado haciendo facturas y demás. Para colmo tendría que repetir curso y estar un año más, aunque en cierta parte sea de forma voluntaria. Pero ya estuve un año sin hacer nada ya que abandoné esos estudios pasados unos meses, lo de ahora era distinto, ya había pasado un curso y estaba en segundo, no iba a tirar ese año también a la basura, habría que sacárselo y decidir que hacer entonces.

Es evidente que hay cosas que lamento, cosas que sin duda desearía borrar, cosas que cambiaría si pudiera. Pero no puedo, todos tenemos que vivir con nuestras decisiones, con las consecuencias de nuestros actos. Aunque esos actos son golpes que te llevas en la vida para no tropezar dos veces con la misma piedra, o como mucho en una tercera.

Veo a todos seguir con sus vidas, marchando hacia delante y yo me siento atascado. Me siento en una situación vacía. Si dispusiera de dinero suficiente creo que no dudaría en dejarlo todo atrás, o quizás debería haber aceptado aquella oferta.

viernes, 5 de febrero de 2016

Creo en mí

He decidido volver al blog, hace tiempo publiqué que solamente me tomaría un descanso y ha sido más largo de lo esperado. Los primeros post que publicaré son los que escribí entre los meses de septiembre a diciembre de 2013, por lo que esos pensamientos no son los de ahora sino los del pasado, pero eso no quita que deje de publicarlo ya que mi tiempo me tomé en escribir aquellas líneas. Los post musicales son los que iré escribiendo mes a mes.

Quiero comenzar de nuevo el blog con esta canción de Natalia Jiménez, donde habla de dejar atrás el pasado, comenzar una nueva etapa en la vida, creer más en mí mismo. Se acabó lo de sentirse a veces como un cero a la izquierda, lo que tenga que venir que venga que aquí estaré esperando.
Puede que lo mejor esté por llegar.  

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