El verano del año 2015 no lo recordaré como el gran verano de mi vida, ni por los grande momentos que ha habido, que no ha habido prácticamente ninguno, sino más bien porque ha sido como un verano de transición.
Este año se podría haber presentado como un buen verano, pero mucho más lejos de la realidad. Lo que se presentaban como unos meses en los que haríamos varios planes, estaríamos la pandilla junta en la piscina fue una mera fantasía. Comenzando porque ahora todos permaneceríamos en la ciudad y teníamos el carnet de la piscina de Laura, donde su madre tuvo que rebuscar alguno que otro debido a la pena que se daba, significaba que pasaríamos buenas tardes y con unos cuantos chapuzones, pero bajar los cuatro juntos más allá de unas cuatro veces como mucho fue una misión imposible desde el primer día. Yo comprendo que no tengo que hacer gran cosa durante los meses de verano, por eso tanto a mí como a Laura nos era más fácil bajar a diario a la piscina salvo algún día ocasional, al igual que comprendo que hay días que no te puede apetecer, tienes que hacer tareas de la casa o cuidar a los sobrinos, pero seamos realistas, eso no pasa durante todos los días del verano, y más cuando sabes que a piscinas de otros sitios si se va más a menudo, se sale a la calle a fumar o simplemente te quedas en la casa porque sí o al fresco del aire acondicionado. Yo sinceramente para no bajar no pido el carnet de la piscina ni doy pena y más cuando se tienen que buscar un poco la vida para conseguirlo.
Detalles feos de la piscina fueron cuando se decía de bajar y en ocasiones se pasaba olímpicamente de contestar, para variar, por lo que las dos personas que íbamos todas las tardes concretamos una hora y a quién le interesase ya sabía donde estábamos. Feo estuvo que después de decir durante un tiempo de bajar luego bajaran ellas dos sin avisar a nadie, o quedar conmigo a una hora e irse antes y ni siquiera avisarme, aún podría estar esperando en el lugar que si no llega a ser porque pregunto no tengo ni idea de que ya estaban en la piscina. Pero bueno, con el paso del tiempo ya pasaba del tema, quien quisiera ir que fuera y quien no pues nada, que se quedase en su casa pasando calor o con el aire acondicionado, yo para estar en la calle prefiero estar en la piscina que si se tiene calor te puedes dar un chapuzón. Además no apetece estarse todas las tardes al sol a que te de una insolación, ya que un día terminé con un horrible dolor de cabeza y todo porque no les apetecía estar a la sombra, además de no poder estar en la piedra a secarse un poco que ahí también daba el sol.
Otro de los temas del verano han sido las escasas veces que he bajado a la calle por las noches, ya que sinceramente para estar al olor del verde prefiero estarme en mi casa viendo una película o una serie. A mi por lo menos no se me decía mucho de bajar, de hecho que recuerde fueron como mucho tres ocasiones de las que solamente bajé dos, una porque bajaba más gente y podría retirarme del olor del verde y otra porque una amiga se iba de vacaciones y nos íbamos a despedir, que si no en mi casa tan a gusto aunque tampoco es que se me propusiera, que si no bajaba más gente pasaba olímpicamente de estar a ese olor.
El verde quieres que no te condiciona un poco, y más cuando haces un plan más bien de imprevisto a un concierto gratuito de Los 40 Principales que va a durar poco y desapareces casi una hora y media para ir a fumar esas cosas y luego hay que estarse un buen rato en el lago mientras se fuma de nuevo, pues yo para eso me quedo en mi casa directamente o no cambio de planes cuando en un principio ibais a iros a Madrid, hubiese comprendido perfectamente que no quisierais ir al concierto ya que lo otro lo teníais ya planeado, pero cambiasteis de opinión y bueno.
Tras la desaparición de personajes veraniegos durante el verano este año ha llegado uno nuevo que principalmente ha traído loca a Laura, y con ello una nueva misión que no ha dado demasiado sus frutos. Summer Love ha sido el nuevo chico del verano, aquel chico que en un principio iba siempre solo con su toalla rosa, que ha encandilado a mi amiga y no tardamos en averiguar donde vivía, todo ello a mi rapidez para salir a la misma hora que él un día y ver dónde vivía, pero de poco sirvió ya que su carnet era de los cedidos. La sorpresa nos la llevamos un día de camino al centro comercial cuando le vimos cargado de bolsas y en familia y después de unos minutos de incertidumbre decidimos ir detrás, pero al rato le perdimos la pista. La gran sorpresa nos la llevamos casualmente la noche del concierto, que tras volver al barrio le vimos con su amigo y un par de chicas, una novia de el otro chico, y nos enteramos de que el chaval podría tener entre los 14 o 15 años, algo que nos sorprendió bastante ya que la altura del chico y todo parecía tener unos 17, 16 como mínimo, por lo que a Laura le quitó parte del encanto y se sintió hasta mal por fijarse en aquel chaval que un día de la noche a la mañana desapareció.
El verano iba llegando a su fin y eso significaba una cosa: las fiestas del barrio. Este año decidimos bajar los tres días, aunque la cosa se presentaba con un considerable bajón comparado con años anteriores, pero la verdad es que ha estado bien.
Un verano que prometía con varios planes, unos 25 concretamente, de los cuales solamente se han llegado a hacer tres y alguno que ellos de chiripa, como por ejemplo el del Parque de Atracciones, que se fue porque aquel día salía barato y para colmo se decidió casi en el último momento, pero por lo menos se fue y se hizo algo diferente. Otro plan que salió fue el de la cuesta del moyano durante la Feria del Libro, después de hablarlo durante un par de años por fin se realizó, y otro plan al que yo no me apunté pero que respeto fue el de salir de discotecas, ese sí salió más de una vez pero yo sinceramente paso de pagar por eso. Casualmente en ninguno llegamos a estar los cuatro juntos, menos mal que es un grupo pequeño. El colmo llegó un día donde se me tocaron bastante las narices, por decirlo finamente, en el que quedó que no se hacían más planes porque ni yo ni Laura fijábamos nada, cuando decíamos de ir un día y no se podía ir por tal motivo, otro día por otro motivo distinto y así, y todo porque tenían cosas que hacer, pues tal y como dije que decidieran las otras dos que eran las que tenían las agendas más apretadas y sabían qué días los tenían libres, pero nunca dijeron nada y así ha pasado, un verano con muchos planes que no se han llevado a cabo ni un tercio.
A pesar de ello las tardes de piscina nos dejaron buenos momentos, como los de Summer Love, el intrusismo vivido por parte de Vizcaya y familia que debían de acudir minutos antes que nosotros para ponerse en nuestro sitio, bajo esa escueta sombrilla, ya que el sitio de al lado parecía que estaba contaminado, un día no llevamos la sorpresa de que el césped se había esfumado y todo era tierra. Otro día curioso fue cuando la piscina comenzó a perder una considerable cantidad de agua, tanto que donde se suponía que estaba lo hondo era donde a nosotros nos comenzaba a cubrir normalmente.
Detalles feos de la piscina fueron cuando se decía de bajar y en ocasiones se pasaba olímpicamente de contestar, para variar, por lo que las dos personas que íbamos todas las tardes concretamos una hora y a quién le interesase ya sabía donde estábamos. Feo estuvo que después de decir durante un tiempo de bajar luego bajaran ellas dos sin avisar a nadie, o quedar conmigo a una hora e irse antes y ni siquiera avisarme, aún podría estar esperando en el lugar que si no llega a ser porque pregunto no tengo ni idea de que ya estaban en la piscina. Pero bueno, con el paso del tiempo ya pasaba del tema, quien quisiera ir que fuera y quien no pues nada, que se quedase en su casa pasando calor o con el aire acondicionado, yo para estar en la calle prefiero estar en la piscina que si se tiene calor te puedes dar un chapuzón. Además no apetece estarse todas las tardes al sol a que te de una insolación, ya que un día terminé con un horrible dolor de cabeza y todo porque no les apetecía estar a la sombra, además de no poder estar en la piedra a secarse un poco que ahí también daba el sol.
Otro de los temas del verano han sido las escasas veces que he bajado a la calle por las noches, ya que sinceramente para estar al olor del verde prefiero estarme en mi casa viendo una película o una serie. A mi por lo menos no se me decía mucho de bajar, de hecho que recuerde fueron como mucho tres ocasiones de las que solamente bajé dos, una porque bajaba más gente y podría retirarme del olor del verde y otra porque una amiga se iba de vacaciones y nos íbamos a despedir, que si no en mi casa tan a gusto aunque tampoco es que se me propusiera, que si no bajaba más gente pasaba olímpicamente de estar a ese olor.
El verde quieres que no te condiciona un poco, y más cuando haces un plan más bien de imprevisto a un concierto gratuito de Los 40 Principales que va a durar poco y desapareces casi una hora y media para ir a fumar esas cosas y luego hay que estarse un buen rato en el lago mientras se fuma de nuevo, pues yo para eso me quedo en mi casa directamente o no cambio de planes cuando en un principio ibais a iros a Madrid, hubiese comprendido perfectamente que no quisierais ir al concierto ya que lo otro lo teníais ya planeado, pero cambiasteis de opinión y bueno.
Tras la desaparición de personajes veraniegos durante el verano este año ha llegado uno nuevo que principalmente ha traído loca a Laura, y con ello una nueva misión que no ha dado demasiado sus frutos. Summer Love ha sido el nuevo chico del verano, aquel chico que en un principio iba siempre solo con su toalla rosa, que ha encandilado a mi amiga y no tardamos en averiguar donde vivía, todo ello a mi rapidez para salir a la misma hora que él un día y ver dónde vivía, pero de poco sirvió ya que su carnet era de los cedidos. La sorpresa nos la llevamos un día de camino al centro comercial cuando le vimos cargado de bolsas y en familia y después de unos minutos de incertidumbre decidimos ir detrás, pero al rato le perdimos la pista. La gran sorpresa nos la llevamos casualmente la noche del concierto, que tras volver al barrio le vimos con su amigo y un par de chicas, una novia de el otro chico, y nos enteramos de que el chaval podría tener entre los 14 o 15 años, algo que nos sorprendió bastante ya que la altura del chico y todo parecía tener unos 17, 16 como mínimo, por lo que a Laura le quitó parte del encanto y se sintió hasta mal por fijarse en aquel chaval que un día de la noche a la mañana desapareció.
El verano iba llegando a su fin y eso significaba una cosa: las fiestas del barrio. Este año decidimos bajar los tres días, aunque la cosa se presentaba con un considerable bajón comparado con años anteriores, pero la verdad es que ha estado bien.
Un verano que prometía con varios planes, unos 25 concretamente, de los cuales solamente se han llegado a hacer tres y alguno que ellos de chiripa, como por ejemplo el del Parque de Atracciones, que se fue porque aquel día salía barato y para colmo se decidió casi en el último momento, pero por lo menos se fue y se hizo algo diferente. Otro plan que salió fue el de la cuesta del moyano durante la Feria del Libro, después de hablarlo durante un par de años por fin se realizó, y otro plan al que yo no me apunté pero que respeto fue el de salir de discotecas, ese sí salió más de una vez pero yo sinceramente paso de pagar por eso. Casualmente en ninguno llegamos a estar los cuatro juntos, menos mal que es un grupo pequeño. El colmo llegó un día donde se me tocaron bastante las narices, por decirlo finamente, en el que quedó que no se hacían más planes porque ni yo ni Laura fijábamos nada, cuando decíamos de ir un día y no se podía ir por tal motivo, otro día por otro motivo distinto y así, y todo porque tenían cosas que hacer, pues tal y como dije que decidieran las otras dos que eran las que tenían las agendas más apretadas y sabían qué días los tenían libres, pero nunca dijeron nada y así ha pasado, un verano con muchos planes que no se han llevado a cabo ni un tercio.
A pesar de ello las tardes de piscina nos dejaron buenos momentos, como los de Summer Love, el intrusismo vivido por parte de Vizcaya y familia que debían de acudir minutos antes que nosotros para ponerse en nuestro sitio, bajo esa escueta sombrilla, ya que el sitio de al lado parecía que estaba contaminado, un día no llevamos la sorpresa de que el césped se había esfumado y todo era tierra. Otro día curioso fue cuando la piscina comenzó a perder una considerable cantidad de agua, tanto que donde se suponía que estaba lo hondo era donde a nosotros nos comenzaba a cubrir normalmente.
No recordaba alguno de los momentos aquí citados, pero confirman mi teoría de que si me he preocupado por cierta persona aunque esa persona no lo considere suficiente... pero en fin, vivamos el presente y dejemos los plantones y feos a un lado, aunque a mí como sabrás se me seguirán echando en cara, yo no me libraré nunca jajajaja.
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