He de confesar que
este post ha sido algo difícil de escribir, pero es lo que llevo sintiendo
desde hace algunos meses y me siento en la obligación de reflejar por aquí lo
que siento.
Hace ya unas semanas
que finalizó el verano y hace ya varias semanas que me siento bastante solo,
pero me tengo que remontar a hace unos cuantos años para explicar este post con
claridad.
Hace bastantes año, casi todos los amigos con los que me había juntado durante toda mi vida
decidieron darme de lado, y eso me dolió bastante. A partir de ese momento me
ha costado entablar nuevas amistades, debido a mi timidez y al miedo al rechazo
que se produjo desde ese instante, una mezcla bastante mala la verdad. Ya no me tuve que dividir entre unas
amistades y otras, definitivamente solo me juntaba con la única que persona de
la infancia que no me había dado la espalda y con gente que conocía del
colegio. Justamente al año
siguiente, se formó un gran revuelo por culpa de una compañera bastante bocazas
y me vi envuelto en un altercado bastante feo y durante varias semanas, una amiga y yo lo
pasamos bastante mal y durante ese tiempo se me ofreció una posibilidad que rechacé, pero pensado con el paso de los años no sé que hubiera hecho actualmente.
Durante el curso
siguiente, conocí a dos personas con las que congenié a las pocas semanas. En
la actualidad, una de ellas se ha mudado bastante lejos, ha cruzado el charco literalmente, y con la otra chica me sigo juntando. Por suerte, ambas
congeniaron con mis otras amistades, por lo que todo muy bien.
Cuando finalicé el
último curso de la e.s.o. tuve que abandonar el centro donde seguían estudiando
mis amistades y ya solo nos veíamos los fines de semana, pero no pasaba
absolutamente nada malo. Lo único que me costaba, como no, entablar contacto con mis compañeros, aunque eso poco a poco fue pasando, y tampoco es que durase mucho en aquel lugar. Entre mis amistades cotidianas, Sara ocupaba su mayor tiempo a la
escritura y apenas salía, por lo que nos "enfadábamos" ya que queríamos que saliese ya que
estaba todo el tiempo escribiendo en su casa, aunque hubiese sido media hora
para despejarse, pero ella continuó con su escritura y salía cuando quería,
cosa que respeto y al final tanto tiempo escribiendo ha merecido la pena ya que publicó su primer libro y ahora mismo está a la espera de
publicar el segundo. Y me alegro mucho de ello ya que ha luchado por su sueño
de ser escritora y lo está consiguiendo paso a paso.
Un curso más tarde
volví al centro al que había asistido durante los últimos años para estudiar un
nuevo curso, con la diferencia de que ahora solamente estaríamos Irene y yo.
Los fines de semana, algún que otro, veíamos a Laura ya que estaba muy ocupada
con la universidad. A parte, salía con una amiga que había hecho durante los
cursos anteriores y se tenía que dividir.
Los meses continuaron
y todo iba bien, llegó el verano y como ya mencioné en el
post dedicado a ello, fue un verano entretenido. El problema vino cuando éste finalizó, algo
hizo click, me sentía solo. Sentía que si no proponía yo de bajar nadie me lo
decía, y así fue en cierto modo. Sentía que si yo no iniciaba conversación nada ocurría. Si no proponía de salir nada ocurría. En ocasiones
pensaba en las series de televisión cuándo los personajes se marchan si mirar atrás,
sin importarles todo lo que dejan, eso es lo que quería en ocasiones y puede
que si fuese algo mayor y tuviese dinero no dudaría en hacerlo.
En el ámbito académico tampoco es que fueran las cosas bien. Estaba estudiando algo que no me ilusionaba, algo que no terminaba de gustarme. De siempre
me han gustado las artes escénicas, la comunicación audiovisual, la
escritura, lógicamente porque sino no estaría escribiendo por aquí desde
hace tanto tiempo, pero no, estaba estudiando un puñetero grado medio de gestión
administrativa con el que dentro de unos años estaré en una oficina sentado
haciendo facturas y demás. Para colmo tendría que repetir curso y estar un año
más, aunque en cierta parte sea de forma voluntaria. Pero ya estuve un año sin
hacer nada ya que abandoné esos estudios pasados unos meses, lo de ahora era distinto, ya había pasado un curso y estaba en segundo, no iba a tirar ese año
también a la basura, habría que sacárselo y decidir que hacer
entonces.
Es evidente que hay cosas que lamento, cosas que sin duda desearía
borrar, cosas que cambiaría si pudiera. Pero no puedo, todos tenemos que vivir
con nuestras decisiones, con las consecuencias de nuestros actos. Aunque esos
actos son golpes que te llevas en la vida para no tropezar dos veces con la
misma piedra, o como mucho en una tercera.
Veo a todos seguir con sus vidas, marchando hacia delante y yo me siento
atascado. Me siento en una situación vacía. Si dispusiera de
dinero suficiente creo que no dudaría en dejarlo todo atrás, o quizás debería haber aceptado aquella oferta.