La actuación de Miley Cyrus el pasado 10 de noviembre en los EMA me ha inspirado para escribir este post y hablar de la televisión americana. La gala de estos premios han sido en Amsterdam y unas horas más tarde se emitió en Estados Unidos con censura. En sí, la actuación de la cantante del momento no tuvo nada malo, sino que lo bordó el tema Wrecking Ball, la polémica vino minutos después cuando ganó el premio a mejor vídeo por dicha canción, la artista decidió encenderse un porro y fumárselo allí mismo, siendo legal en el país. Pues hasta aquí todo bien, además ella misma confirmó hace tiempo que solamente fuma maría ya que lo ve mejor que el alcohol, la cosa está en que cuando se emitió la gala en Estados Unidos decidieron eliminar dicha escena. Aquí es cuando me pregunto yo qué les pasa por la cabeza. Parece que está mal encenderse y fumarse un porro en directo en un país donde está legalizado, pero luego bien que han estado emitiendo, y enseñando a los espectadores, durante 5 años y 62 capítulos, algo aburridos, cómo cocinar cristal, una droga mucho más peligrosa que la maría. Si lo piensas, y no detenidamente, no tiene ni pies ni cabezas censurar una cosa y emitir durante tanto tiempo algo peor.
Luego también tenemos a Justiniano Bieber, como a mí me gusta llamarle, del que la televisión no dice absolutamente nada aunque lo único que haga últimamente es más que liarla, subir a un mono a un avión, abandonarle después de lo que montó, cancelar un concierto por un botellazo cuando en su anterior botellazo siguió como si nada, y su último escándalo, destrozar la habitación del hotel donde se alojaba porque no le dejaban pasar con prostitutas y el vídeo con dicha señorita salió a la luz, aunque por suerte para nuestros ojos creo que no salía ningún acto sexual.
Aunque si hay algo que me gusta de la televisión americanas son sus productos, y con ello me refiero a las series que producen cada año, aunque últimamente con tanto reboot parece que se estén quedando sin ideas. Las series americanas me encantan, ya que cuidan muchos detalles y tratan de emitirlas regularmente, cosas que no pasa mucho aquí en España, dónde se pueden tirar casi dos años con capítulos grabados y en su lugar emitir programas denominados telebasura, para otros se llaman programas del corazón. Y aquí está lo malo, que en nuestro país las series de televisión tienen las de perder frente a ver quién se acuesta con quién o quién elige a quién en ciertos programuchos.
Luego también tenemos a Justiniano Bieber, como a mí me gusta llamarle, del que la televisión no dice absolutamente nada aunque lo único que haga últimamente es más que liarla, subir a un mono a un avión, abandonarle después de lo que montó, cancelar un concierto por un botellazo cuando en su anterior botellazo siguió como si nada, y su último escándalo, destrozar la habitación del hotel donde se alojaba porque no le dejaban pasar con prostitutas y el vídeo con dicha señorita salió a la luz, aunque por suerte para nuestros ojos creo que no salía ningún acto sexual.
Aunque si hay algo que me gusta de la televisión americanas son sus productos, y con ello me refiero a las series que producen cada año, aunque últimamente con tanto reboot parece que se estén quedando sin ideas. Las series americanas me encantan, ya que cuidan muchos detalles y tratan de emitirlas regularmente, cosas que no pasa mucho aquí en España, dónde se pueden tirar casi dos años con capítulos grabados y en su lugar emitir programas denominados telebasura, para otros se llaman programas del corazón. Y aquí está lo malo, que en nuestro país las series de televisión tienen las de perder frente a ver quién se acuesta con quién o quién elige a quién en ciertos programuchos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario